sábado, 25 de enero de 2014

№ 178 de Evangelii Gaudium

Confesar a un Padre que ama infinitamente a cada ser humano implica descubrir que « con ello le confiere una dignidad infinita » Confesar que el Hijo de Dios asumió nuestra carne humana. significa que cada persona humana ha sido elevada al corazón mismo de Dios. Confesar que Jesús dio su sangre por nosotros nos impide conservar alguna duda acerca del amor sin límites que ennoblece a todo ser humano. Su redención tiene un sentido social porque « Dios, en Cristo, no redime solamente a la persona individual, sino también las relaciones sociales entre los hombres».Confesar que el Espíritu Santo actúa en todos implica reconocer que Él procura penetrar toda situación humana y todos los vínculos sociales: « El Espíritu Santo posee una inventiva infinita, propia de una mente divina, que provee
a desatar los nudos de los sucesos humanos, incluso los más complejos e impenetrables ». La evangelización procura cooperar también con
esa acción liberadora del Espíritu. El misterio mismo de la Trinidad nos recuerda que fuimos hechos a imagen de esa comunión divina, por lo cual no podemos realizarnos ni salvarnos solos.

Desde el corazón del Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana, que necesariamente debe expresarse y desarrollarse en toda acción evangelizadora.
La aceptación del primer anuncio, que invita a dejarse amar por Dios y a amarlo con el amor que Él mismo nos comunica, provoca en la
vida de la persona y en sus acciones una primera y fundamental reacción: desear, buscar y cuidar el bien de los demás.

Lecturas de la misa dominical

LECTURA PRIMERA : Isaías 8,23b-9,3
En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián.

SALMO RESPONSORIAL:  El Señor es mi luz y mi salvación.
SEGUNDA LECTURA : 1Corintios 1,10-13.17
Os ruego, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos. Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir. Hermanos, me he enterado por los de Cloe que hay discordias entre vosotros. Y por eso os hablo así, porque andáis divididos, diciendo: "Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo." ¿Está dividido Cristo? ¿Ha muerto Pablo en la cruz por vosotros? ¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo? Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.

 EVANGELIO : Mateo 4,12-23
Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que habla dicho el profeta Isaías: "País deZabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló." Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: "Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos." Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: "Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres." Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.



sábado, 18 de enero de 2014

ACTIVIDADES

El lunes 27 rezaremos el rosario en la residencia de estudiantes del MAUP en la estación de metro демеевская. Hora: 18.30 h


Papa Francisco: audiencia general del miércoles 15 de enero


 
En virtud del Bautismo nosotros nos transformamos en discípulos misioneros, llamados a llevar el Evangelio en el mundo Cada bautizado, cualquiera sea su función en la Iglesia y el grado de instrucción de su fe, es un sujeto activo de evangelización. El Pueblo de Dios es un Pueblo discípulo, porque recibe la fe, y misionero, porque transmite la fe. Todos en la Iglesia somos discípulos y lo somos siempre, por toda la vida; y todos somos misioneros. Todos: el más pequeño es también misionero y aquel que parece más grande es discípulo.
Ustedes dirán: "Padre, los obispos no son discípulos, ellos saben todo. El Papa sabe todo, no es discípulo". También los obispos y el Papa deben ser discípulos, porque si no lo son, no hacen el bien y no pueden transmitir la fe. Todos nosotros: ¡discípulos y misioneros!

Recibiendo la fe y el bautismo, acogemos la acción del Espíritu Santo que conduce a confesar a Jesucristo como Hijo de Dios y a llamar Dios “Abbá” (Padre). Todos los bautizados y las bautizadas estamos llamados a vivir y a transmitir la comunión con la Trinidad, porque la evangelización es un llamado a la participación de la comunión trinitaria. Nadie se salva solo. Somos comunidad de creyentes, y en esta comunidad experimentamos la belleza de compartir la experiencia de un amor que nos precede a todos, pero que al mismo tiempo nos pide que seamos “canales” de la gracia los unos por los otros, no obstante nuestros límites y nuestros pecados. La dimensión comunitaria no es sólo un “marco”, sino que es parte integrante de la vida cristiana, del testimonio y de la evangelización
La fe cristiana nace y vive en la Iglesia, y en el Bautismo las familias y las parroquias celebran la incorporación de un nuevo miembro a Cristo y a su cuerpo, que es la Iglesia

A propósito de la importancia del Bautismo para el Pueblo de Dios, es ejemplar la historia de la comunidad cristiana en Japón. Aquella comunidad sufrió una dura persecución a comienzos del siglo XVII con numerosos mártires.  Los miembros del clero fueron expulsados y millares de fieles fueron asesinados. La comunidad se retiró a la clandestinidad, conservando la fe y la oración en el ocultamiento.  Cuando nacía un niño, el papá o la mamá lo bautizaban, porque todos nosotros podemos bautizar. Cuando después de aproximadamente dos siglos y medio los misioneros volvieron a Japón, millares de cristianos salieron a la luz y la Iglesia pudo reflorecer. ¡Habían sobrevivido con la gracia de su Bautismo!  Habían mantenido, aún en secreto, un fuerte espíritu comunitario, porque el Bautismo los había hecho transformar en un sólo cuerpo en Cristo: estaban aislados y escondidos, pero eran siempre miembros de la Iglesia. ¡Podemos aprender tanto de esta historia!



Domingo 19 de enero del 2014

LECTURA PRIMERA: Isaías 49,3.5-6
El Señor me dijo: "Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso." Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel -tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza-: "Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra."
 SALMO RESPONSORIAL: 39
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
SEGUNDA LECTURA: 1Corintios 1,1-3
Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Cristo Jesús, a los santos que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros.
 EVANGELIO: Juan 1,29-34

En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: "Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel." Y Juan dio testimonio diciendo: "He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios."

sábado, 11 de enero de 2014

Domingo 12 de enero, el Bautismo del Señor

Lecturas de la misa dominical

Primera Lectura: Isaias 42,1-4.6-7
Asi dice el Senor: "Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espiritu, para que traiga el dereho a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los
cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en las tinieblas."

Salmo Responsorial : El Senor bendice a su pueblo con la paz.

Segunda lectura: Hechos de los apostoles 10,34-38

En aquellos dias, Pedro tomo la palabra y dijo: "Está claro que Dios no hace
distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Conocéis lo que sucedió en el pais de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él."

Evangelio: Mateo 3,13-17

En aquel tiempo, fue Jesús de Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole: "Soy yo el que necesito que tú me bautices, y tú acudes a mí?" Jesús le contestó: "Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así lo que Dios quiere." Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre Él. Y vino una voz del cielo que decía: "Éste es mi hijo, el amado, mi predilecto."